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NOTICIAS : El fantasma que salió a la luz

Una bodega estuvo bajo el agua 27 años y ahora se puede ver. A poco andar por la huella que atraviesa el paraje ullunero conocido como Playa Hermosa, empieza a divisarse los murallones de adobe. Detrás de un sauce que sobrevivió al agua y al paso del tiempo, están intactas las piletas y los cimientos de lo que fue uno de los íconos de la vitivinicultura sanjuanina: la bodega Las Lomas, que fue fundada por la familia Graffigna. A un costado puede observarse la hilera de troncos, todavía aferrados a la tierra, que formaban lo que fue la calle que unió Ullum con la Ciudad de San Juan, hasta antes de que hicieran el dique. El escenario es impactante porque es la primera vez que estos restos se pueden ver a simple vista, ya que estuvieron cubiertos por el agua del dique de Ullum durante 27 años.
La bodega fue un símbolo para el departamento. Fue el lugar donde se realizaron las actividades sociales, culturales y religiosas de todo el pueblo, que también quedó bajo el agua. Con la disminución del caudal, lo único que quedó al descubierto fue la bodega. Pero en el fondo del dique todavía están los restos de la escuela 111, una capilla, una usina, parrales y al menos 100 viviendas que pertenecieron a los peones rurales que vivían en las fincas. Cuando el dique se llenó, entre 1981 y 1982, la gente que vivía en este lugar fue trasladada a lo que hoy se conoce como barrio Dique de Ullum, en Villa Ibáñez.
Muchos pobladores todavía no superan el desarraigo. “Donde estaba la bodega pasaron las cosas más importantes de la población. Nuestra historia quedó bajo el agua. Acá nadie olvida las procesiones, el Belén Viviente, las fiestas patronales y los bailes en el patio”, contó Mario Cortez, hijo de Andrés Cortez, que fue el cuidador de la bodega Las Lomas durante 55 años.
Don Santiago Graffigna, que llegó al país desde Italia cuando tenía 12 años, se enamoró de Ullum, a fines del siglo XIX. “Plantó los viñedos y construyó la bodega y hasta fue padrino de casamiento de mi padre”, dijo Mario. Adentro de la bodega, en 1923, se instaló una radio a la que llamaron Radio del Vino. Eso generó la idea de crear luego Radio Graffigna, pero en el centro de San Juan; su primera transmisión oficial se hizo el 5 de septiembre de 1930. Hoy se la conoce como Radio Colón y fue la primera y más antigua radio privada del país. “En un comienzo la radio servía para difundir mensajes a los peones que vivían en las fincas”, contó Mario.
Los ulluneros pasan por Playa Hermosa con nostalgia. Y más ahora que parte de la historia del pueblo que quedó bajo el agua, está al descubierto. Todavía se puede ver en el lugar los cimientos hechos con piedra y algunos mosaicos sueltos. Las piletas de la bodega están intactas. “Dicen que cuando había revoluciones políticas usaban esas piletas para esconder gente y armas. Esta bodega fue el motor de Ullum durante décadas. No había poblador que no dependiera de ella”, dijo Mario.
Pero esta postal sólo perdurará hasta que el caudal del dique vuelva a subir el próximo verano. El nivel del agua descendió en enero de este año para el llenado del dique Los Caracoles. Sin embargo, desde el Gobierno aseguraron que el dique no volverá a tener tan poca agua como la que tiene ahora. Por eso el fantasma volverá a ser invisible.
El cuidador
Acaba de cumplir 97 años y pasó 55 a cargo de la bodega Las Lomas. Se trata de Andrés Cortez, un ullunero que vivió adentro de esta bodega durante casi toda su vida. Con apenas 11 años empezó a hacer los mandados a don Santiago Graffigna. Después fue adquiriendo responsabilidades, hasta llegar a ser quien tenía las llaves de todo el lugar.
Como si el tiempo no hubiese pasado, Andrés recuerda cada jornada de trabajo. Y es cuando se le corre una lágrima. “Me llenaron la bodega de agua para que me olvidara. Pero igual yo volví un día y me metí para volver a verla”, cuenta el hombre (en la foto de arriba es el primero a la izquierda).
“Yo tocaba la campana para que los peones entraran a trabajar y salieran. Nunca tuve horario ni descanso. Esto era mi vida y acá tuve mi familia y nacieron y crecieron mis hijos”, cuenta Andrés. “55 años”, repite cada tanto uno de los hombres que tuvieron la oportunidad de vivir en el corazón del ícono de la vitivinicultura local. Al igual que el resto de los ulluneros que vivieron antes del llenado del lago, no puede olvidar las reuniones sociales y las fiestas. Los niños jugando entre los cerros y los caballos tirando autos para que atravesaran el río San Juan y llegaran a la ciudad.
La cifra: 600
Eran las hectáreas de viñas que don Santiago Graffigna plantó en el departamento Ullum. Durante décadas esta fue la principal fuente de trabajo de aquel distrito. Muchos viñedos quedaron sepultados bajo el agua del Dique de Ullum.
-Fuente: Diario de Cuyo Mónica Martín.

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