ENTREVISTAS: Margareth Henríquez

Leyendo una de las revistas argentinas de gastronomía me enteré que Margareth Henríquez, presidente de Bodegas Chandon y Bodegas Terrazas de los Andes, es venezolana de pura cepa. Sin duda, una persona interesantísima para conversar. Simpática exclama “¡Llámame Maggie! todo el mundo me dice así”. Creció junto a su familia en Colinas de Bello Monte hasta que cumplió los doce años y se mudaron a Lomas del Mirador. Estudió en el Colegio Sagrado Corazón, en las instalaciones donde está hoy el Claret, en El Hatillo. Su ascenso profesional es impresionantemente vertiginoso.

¿Algunas cosas de tu niñez influyeron para que te dedicaras al área de la gerencia empresarial? ¿Imaginaste que alcanzarías el cargo que ocupas actualmente?
Dicen que cuando era chica tenía mal carácter, según mi hermana mayor, Diana, estaba formando mi personalidad, quién sabe. La verdad, siempre admiré mucho a mi papá y el, cuando yo era chica, fue director de Morris E Curiel y Macosarto, bebidas y cosméticos, es la única influencia importante que puedo recordar. Mi padre era muy activo y exitoso, siempre estuvo acompañado por mi mamá que era y sigue siendo una estrella. Ella le apoyó mucho y el nos acercaba al negocio, es allí donde yo creo que hubo el contagio. Llegar a la Argentina en el cargo que tengo ahora, lo imaginé solo cuando me lo ofrecieron en París, unos pocos meses antes de llegar, en Septiembre de 2001, a Buenos Aires.

¿Cómo llegó una venezolana a convertirse en presidente de Bodegas Chandon y de Terrazas de Los Andes?
Esto sucede después de 23 años de trabajo y por una mezcla de suerte y esfuerzo que me permitieron llegar hasta aquí. En realidad yo comencé en Venezuela, clasificando cajas de materiales para la fabricación de cosméticos en Caracas, con los años fui avanzando y en el año 1989, fui por primera vez gerente general. Luego en el año 1991 fui presidente de Seagram de Venezuela y en 1995, presidente de Nabisco México. En el año 2000 me contactó el grupo Moët Hennessy, trabajé en algunos proyectos con ellos y luego me ofrecieron esta posición en Argentina, lo cual acepté con mucho gusto y aquí estoy desde el año 2001.
Siempre te preguntan sobre los inconvenientes que has debido enfrentar por ser mujer.

¿Has tenido dificultades por ser extranjera? ¿Existe algún secreto para solventar inconvenientes cuando se quieren alcanzar altas posiciones?
Si, siempre me preguntan esto, pero mi respuesta es siempre la misma. La verdad yo nunca he sentido dificultades por ser mujer, sentí más dificultades por ser joven en un cierto momento de mi vida, pero nunca por ser mujer. Ni en mis estudios, ni en mis trabajos. El secreto es no pensar en ello y prepararse muy bien para destacarse en el ejercicio de lo que hagas, sea estudio o trabajo. Cuando la gente respeta tu trabajo, no tienes ningún problema de género. Es clave tener siempre una actitud positiva y nunca defensiva, es esto lo que a veces perjudica a algunas mujeres, que al sentirse atacadas, se defienden y se crea una relación difícil.

¿Qué le recomiendas a la mujer latina que quiere triunfar en el área empresarial multinacional?
La verdad no hay recetas ni formulas, es difícil poder dar consejos, porque cuando miro para atrás, fueron tantas las cosas que se fueron dando en cada momento, que es difícil imaginar que ellas todas se pudiesen repetir. Sin embargo, mi recomendación es mucho trabajo, esfuerzo, mejoramiento continuo, actitud positiva, siempre constructiva y sobre todo, soñar lo que quieres, si no lo sueñas nunca pasa.

He leído que duermes muy poco. ¿Qué cosas te quitan el sueño y cuáles te dan sueño?
Me gusta dormir, pero le robo horas a la noche para hacer lo que tengo pendiente. En realidad pocas, muy pocas cosas me quitan el sueño, me lo quito yo para cumplir con mis responsabilidades. Por el contrario, las reuniones aburridas, el secador de pelo, el avión y el carro (claro si no voy manejando) me dan mucho sueño.

¿Cuáles son las características que definen al vino argentino?
Es difícil dar una definición a una pregunta tan amplia. Quizás podría decirse que el vino Argentino se caracteriza hoy por haber descubierto cuanto tiene para darle a los consumidores. En distintos estilos y variedades encuentra en algunas zonas y en manos de algunos enólogos, expresiones maravillosas, que demuestran que en la Argentina hay terruños excepcionales que son capaces de sorprender a los grandes conocedores. La variedad emblemática es el Malbec, porque es única a la Argentina, habiendo encontrado aquí una expresión maravillosa, pero hay otras variedades que también se expresan muy bien en otros Terrazas de los Andes.